lunes, 25 de marzo de 2013

Te echo de menos

                                                     Sigo diciendo que no me importas,
                                                           aunque pienso mas en ti
                                                                       que en mi

Y aquí es cuando te das cuenta de que por primera vez, estuviste cerca de alguien no solo por pasar el rato y que y que nunca nada ni nadie podrá sustituirlo. Los habrá mejores y peores, con diferencia por las dos partes, los habrán que te gusten más que él y otros que menos. Unos que merezcan y otros que no. Los habrán de muchas maneras pero el primero es el primero. No me refiero al famoso chico del primer beso, ni al de las manitas, y todas esas cosas que se le consideran lo primero. No me refiero a los primero tonteos de la vida de los 14 ni todas esas cosas que en la vida vas a olvidar. Él es el primero que te ha dolido cuando se ha ido y ya no lo has tenido al lado, el primero por el que te has podido pasar hora tumbada en la cama y el primero por el que te has tenido que jurar a ti misma que no ibas a llorar frente al espejo mientras te caían las lágrimas por las mejillas , mientras las recogías rápidamente con la mano como si nunca hubieran existido. No sabías lo que era echar de menos a alguien con al fuerza de querer salir corriendo a buscarlo, aunque no estuviera. No sabías lo que era la rabia, la impotencia, y sobretodo lo difícil que era comprobarlo. No sabías lo que era llorar, primero de rabia, y luego, cuando tiempo hace su labor, sonreir recordando lo que fué, con un gran vacío en el estómago. La sensación de mirar al futuro y no contemplar una vida sin buscarle, sin saber de él. La sensación de que te lo encuentras en cada esquina cuando no lo quieres ver. Hay muchos primeros, pero el primero que duele como si quemara cuando se va, es el primero de los primero. Porque es el primero al que has querido.


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